miércoles, 25 de septiembre de 2013

Astrologia y los cuatro elementos



Todo lo que existe en el universo está conformado por los cuatro elementos. Estos conforman las esencias fundamentales con las que se creó el Universo, nuestro planeta y por supuesto nosotros mismos.
Los elementos son la base inicial de todo estudio astrológico ya que al conformar la esencia de todos los seres y organismos vivientes determinan sus funciones primarias o fisiológicas: respiración (aire), líquidos corporales (agua), energía y temperatura corporal (fuego), órganos, huesos y masa corporal (tierra). Así mismo, representan los estados de la materia que describe la ciencia física: lo solido (tierra), lo gaseoso (aire), el estado líquido (agua) y la energía (fuego).
En una carta natal, los cuatro elementos muestran las dimensiones cosmobiologicas y cosmopsicologicas de las personas.
Los signos zodiacales están divididos en cuatro grupos correspondientes a los cuatro elementos que existen en la naturaleza. Estos cuatro grupos también reciben el nombre de triplicidades ya que cada uno está compuesto por tres signos a saber:
Signos de fuego: aries, leo y sagitario
Signos de tierra: tauro, virgo y capricornio
Signos de aire: géminis, libra y acuario
Signos de agua: cáncer, escorpio y piscis
Para los antiguos los cuatro elementos son los principios ordenadores y creadores fundamentales de vida. Para la astrología si el hombre es un pequeño cosmos dentro del Cosmos Universal él contiene a su vez la misma esencia creadora del Universo y está sometido a sus leyes.
Estos mismos elementos los encontramos otra vez en toda la mitología oculta representados por los elementales de la naturaleza:
Los gnomos: genios de la tierra

Las ondinas: espíritus del agua

Las salamandras: seres del fuego

Las sílfides: espíritus del aire

También los podemos encontrar en las cartas del Tarot:
Los bastos que simbolizan la actividad y el movimiento estarían asociados al elemento fuego.
El pensamiento y las relaciones con los demás representados en las espadas se conecta con el elemento aire.
Lo material y económico asociado a los oros o pentaculos nos remiten al elemento tierra.
Las emociones y sentimientos representados en las copas se conecta con el elemento agua.
La religión católica romana también incluye estos elementos de magia ceremonial en las iglesias. Podemos apreciar sobre el altar los cuatro elementos:
Velas: elemento fuego
Incienso: elemento aire
Vino, cáliz: elemento agua
Altar mayor, hostia: elemento tierra
Así mismo, en las iglesias católicas siempre arde el Santo Sacramento como una vieja herencia de los adoradores del fuego en las civilizaciones antiguas considerados hoy por muchos como civilizaciones paganas.
En las iniciales INRI también están contenidos los cuatro elementos en hebreo: IAMMIN (agua), NOUR (fuego), ROUAH (aire), IABESHEH (tierra). Generalmente estas siglas son traducidas en latín como igne natura renovatur integra (es por el fuego que se renueva la naturaleza) lo cual puede ser comprendido como un emblema de la transmutación. No es exactamente una coincidencia que el Gran Nazareno, el maestro Jesús, haya sido crucificado con esta inscripción. El fuego interno (fe) devora el elemento indispensable para transformar la naturaleza, es el calor de la devoción que cambia las fuerzas físicas en energía espiritual. Este conocimiento se encuentra en la base de todas las investigaciones de perfeccionamiento enseñadas por las grandes escuelas Filosóficas.
La estrella de David simboliza la unión de los cuatro elementos. Este sello representa el símbolo alquímico con sus dos elementos principales: fuego (triangulo con la punta hacia arriba) y agua (triangulo con la punta hacia abajo), con sus derivados: aire (triangulo con la punta hacia arriba y atravesado por una raya) y tierra (triangulo con la punta hacia abajo y atravesado por una raya)
Estos dos triángulos invertidos también representan los principios masculino y femenino, el plano superior y el plano inferior. El triangulo con la punta hacia arriba implica también una evolución hacia el Altísimo, la espiritualización de la materia, mientras que el triangulo con la punta hacia abajo expresa el símbolo de la involución del Espíritu en la materia o materialización del Espíritu.
Los cuatro elementos también están presentes en el pentagrama esotérico representados en cada una de sus puntas. El pentagrama también incluye un quinto elemento, el éter, ubicado en la punta que está dirigida hacia arriba. El pentagrama esotérico con la punta hacia arriba también representa la evolución del Espíritu hacia la espiritualidad. Este símbolo también representa al hombre en armonía perfecta con el Universo y sus leyes.

Los cuatro elementos representan sencillamente la misma energía de la vida. Cada elemento se comporta e influye de manera diferente a la vez que las múltiples combinaciones hacen a la diversidad del ser humano. Por eso es que no todos los que tienen un mismo signo zodiacal son iguales y que la combinación de los elementos es totalmente diferente en cada ser humano.
La asociación entre los signos del zodiaco y los cuatro elementos se le acredito a Claudio Ptolomeo, astrónomo, matemático y geógrafo miembro de la escuela de Alejandría. Los astrólogos griegos encontraron los cuatro elementos representados en todos los aspectos de la vida y la rueda cósmica representaba el balance constante entre estas fuerzas que regían al mundo.
Lo que cada uno de los signos tiene en común es lo siguiente:
Signos de fuego: el espíritu, la inspiración, la energía, la acción, el movimiento, la iniciativa propia, la actividad, el liderazgo.
Signos de aire: la mente, el intelecto, las ideas, lo social, la comunicación, la interacción con los demás, lo conceptual, la inteligencia.
Signos de agua: las emociones, la imaginación, la introversión, lo astral, la intuición, los sentimientos, lo psíquico y lo psicológico.
Signos de tierra: lo material, los logros materiales, lo económico, lo práctico, lo sensorial, lo terrenal.
Los cuatro elementos simbolizan diferentes maneras de percibir el mundo y de afrontar la vida. Son diferentes formas de buscar y lograr el crecimiento y la evolución del ser.



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